Blind Cinema nace con la intención de explorar la capacidad que tiene la música de evocar imágenes y crear historias en las que el diálogo adopta la voz de los instrumentos y los actores son sustituidos por los músicos que los interpretan.
Por eso llamar al proyecto de este modo es una declaración de intenciones que trata de abordar la interdisciplinariedad que el arte vive a día de hoy.
Cuando nos referimos a las siete composiciones que forman su primer disco, nos referimos a un conjunto de piezas donde el orden y la linea temporal de las mismas es clave para la coherencia del discurso.
Un discurso en el que tanto la parte escrita, como la improvisación, están supeditadas a la historia que tratan de contar estos tres músicos, como si fuera una película.